116. Livermorio

 

El elemento 116 (que poquitos quedan madremía) se llama livermorio (Lv). Se puso en honor a la ciudad de Livermore, que está junto a San Francisco, California. Allí se ubica el prestigioso laboratorio Lawrence (Lawrence Livermore National Laboratory). Con ello, California ya tiene el livermorio, el berkelio y el californio. He de añadir que el nombre de Livermore proviene de un ranchero inglés llamado Robert Livermore, que se trasladó a esa zona de California hace 200 años, cuando aún pertenecía a Méjico. Livermore tenía un rancho en esa zona y se ve que incluso plantó de los primeros viñedos de California. El caso es que era muy hospitalario y los viajeros se hospedaban gustosamente en sus tierras, llegando a ser conocido el lugar como Valle de Livermore. Y de ahí, que ahora tengamos, y para siempre, un elemento en la famosa Tabla llamado livermorio. 

Ya he hablado, en anteriores elementos, de que en los tiempos de Seaborg, los americanos dominaban claramente la creación de nuevos elementos de la Tabla Periódica. No obstante, Seaborg y su inseparable compañero, Al Ghiorso, se hicieron mayores y los laboratorios alemanes y rusos empezaron a ganar protagonismo, descubriendo varios elementos. Los americanos no se querían quedar atrás y, en 1996, contrataron, arrebatándoselo a los alemanes, a un científico prometedor: Victor Ninov, del que ya hablé en las entradas del darmstatio y el copernicio


Victor Ninov (izda) con Gregorich junto al detector de gas.

En 1999, el equipo de Ninov fue a por el elemento número 118. Sorprendentemente, pues muchos decían que lo que iban a hacer no tenía mucho sentido (colisionar criptón con plomo), el experimento funcionó. Pero no solo eso, es que con la desintegración (expulsión de una partícula alfa) del elemento número 118 ¡también obtuvieron el 116! ¡California volvía a la ganar la Champions! Tras anunciar su éxito en la revista Physical Review Letters, los alemanes y los rusos intentaron repetir el experimento en sus respectivos laboratorios, pero no lo consiguieron. Por las dudas, los de Berkeley decidieron repetirlo también, y aunque estuvieron meses intentándolo, tampoco hallaron nada. La cosa se ponía tensa y la dirección de Berkeley se puso a investigar. Y las peores noticias no tardaron en llegar: Consiguieron demostrar que Victor Ninov había falseado los resultados. En los archivos informáticos del experimento no había datos, y en las hojas de los análisis posteriores, empezaban a aparecer, como por arte de magia, una serie de aciertos que llevaban a la solución que con tanta alegría habían anunciado en el año 2000. En junio del 2002, el director de Berkeley tuvo que anunciar que los datos del descubrimiento habían sido falseados por Ninov. Obviamente, Victor fue despedido y Berkeley sufrió importantes recortes en su presupuesto. La ciencia había perdido un gran laboratorio, un buen científico y dos elementos de un plumazo.  

Pero, y quizás lo hayas pensado, si livermorio se llama así al final, es porque los americanos terminaron descubriéndolo. En realidad, fue una colaboración de americanos y rusos (qué bonito sería si todos nos llevásemos bien). Los americanos decidieron el nombre del elemento número 116 y los rusos el del 114. Los nombres actuales fueron aprobados en Moscú el 30 mayo del 2012 (dejo de llamarse entonces ununhexium).  

El livermorio había sido creado en Dubna. Lo consiguieron lanzando átomos de calcio-48 a una décima parte de la velocidad de la luz contra una diana de curio248 (El curio había sido "fabricado" en USA). En el RIKEN utilizaban una diana (En realidad eran 8 dianas de unos 10 centímetros montadas en una rueda girando a 1000 rpm) que había sido preparada por electroposición de Cm3O8 en unas láminas de titanio. Tras las dianas, el equipo GARIS (Gas-filled Recoil Ion Separator) detectaba los productos de decaimiento de los nuevos elementos, ya fueran partículas alfa o productos de fisión. Detectaron Livermorio tras el decaimiento del elemento número 118.  

El livermorio es un elemento muy inestable. Ninguno de sus isótopos tiene una vida media mayor de 60 milisegundos (que es la vida media del Lv-293). Los otros 3 isótopos conocidos, Lv292, Lv291 y Lv290 tienen una vida media menor de 20 milisegundos. Como pasa con estos elementos, con tan poco tiempo, los científicos todavía no han podido estudiar sus propiedades. Además, es que se han creado tan solo unas pocas decenas de átomos de este elemento… así que, con tan poca cosa, no podemos pedirles mucho más.  

Eso sí, viendo la situación del livermorio en la Tabla Periódica, sí se pueden hacer algunas conjeturas… aunque sabiendo que al final, es posible que no demos ni una: Los elementos situados por encima del livermorio son: oxígeno, azufre, selenio, teluro y polonio. Todos con 6 electrones en la capa de Valencia, lo cual marca un poco sus características. Se oxidan “robando” dos electrones para, de ese modo, tener 8 en la última capa. Se realizarán experimentos en el futuro, y quizás algún día se encuentre un isótopo medianamente estable del livermorio… hasta entonces, los científicos prácticamente solo pueden teorizar sobre sus características. Esperaremos noticias, entonces.  

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