97. Berkelio


Continuamos con la saga de los actínidos y lo hacemos con el elemento número 97: El berkelio, otro de los descubrimientos de la exitosa pareja formada por Seaborg y Al Ghiorso y otro extraño metal de laboratorio radiactivo y especial, como lo son resto de los de su clase: Actinio, torio, protactinio, uranio, neptunio, plutonio, americio, curio, californio, einstenio, fermio, mendelevio, nobelio y lawrencio. Todos ellos con una química relativamente similar y parecida a las tierras raras. Son metales generalmente blandos, electropositivos, paramagnéticos, reactivos… pero tampoco me gusta entretenerme en características químicas de éstos si al final, lo que más cuenta de todos ellos es básicamente su elevada radiactividad. Bueno, vamos a estudiar este rarísimo (por escaso) elemento y a ver qué aprendemos.  

El elemento de 97 protones fue descubierto/creado a propósito por primera vez en la Universidad de Berkeley, California, en diciembre de 1949. Fueron Glenn Seaborg, Al Ghiorso, Stanley Gerald Thompson (conocía a Seaborg desde niños) y Kenneth Street (Este último nacido y criado en Berkeley). Lo obtuvieron bombardeando con partículas alfa (átomos de helio) un poco (7 miligramos) de americio 241. La muestra obtenida tuvo que ser tratada mediante unos procesos químicos y observada con detectores especiales.  


En enero de 1975, Kenneth Street, Stanley Thomson, Glenn Seaborg y Albert Ghiorso.  


Al nuevo elemento lo llamaron berkelio (estuvieron cerca de llamarlo berklio) por, según sus propias palabras:

 “It is suggested that element 97 be given the name berkelium (symbol bk) after the city of Berkeley in a manner similar to that used in naming its chemical homologue terbium (atomic number 65) whose name was derived from the town of Ytterby, Sweden, where the rare earth minerals where first found”. 

Es decir, que al igual que al americio le pusieron el nombre usando el mismo criterio que el elemento que tiene encima, el europio, y que lo mismo hicieron con el curio, ya que viene de Curie del mismo modo que su homologo, el gadolinio, viene de Gadolin, nombraron al elemento 97 berkelio porque es el lugar donde este elemento fue descubierto, del mismo modo que las primeras tierras raras se descubrieron en Ytterby, y por ese nombre se llamó al elemento 65 terbio. El equipo de científicos fueron orgullosos a comunicarle al alcalde de Berkeley su decisión, pero contrariamente a lo esperado, nadie se entusiasmó lo más mínimo en el Ayuntamiento, lo cual enfadó (sobre todo) a Thomson y a Albert Ghiorso, quienes propusieron que su símbolo químico fuera Bm, en lugar de Bk, lo cual es un juego de palabras en inglés, ya que Bm es como se refieren los ingleses a Bowel Movement, que significa defecar.   

Albert Ghiorso, por cierto, fue un ingeniero californiano, codescubridor de nada menos que 12 elementos. Fue sin duda gracias a las mejoras que introdujo en el ciclotrón y en los detectores que utilizaron que esa importante tarea fuera llevada a cabo. Destacó desde pequeño, pues construía aparatos de radio e incluso llegó a superar, en distancia, a los construidos por los militares. Además, diseñó el primer contador Geiger comercial (detector de radiación). Por esa habilidad para diseñar y construir detectores, lo llamaron de la Universidad de Berkeley (su mujer y la de Thomson se conocían, y esta última le insistió a su marido que lo contratasen). No fue fácil convencerlo, porque no quería ir allí para seguir fabricando detectores, pero aunque alguno seguro que fabricó, se dedicó a otros muchos aparatos. Montó y mejoró un detector de 48 canales gracias al cual descubrieron los elementos 95 y 96. Ya finalizada la Guerra, entre 1949 y 1950, Glenn y Albert descubrieron los elementos 97 y 98. Y gracias a nuevos detectores y aceleradores en los que trabajó Ghiorso, pudieron descubrir los siguientes (que ya veremos cuando toque). Era un ingeniero brillante al que muchos admiraban por su manera de solucionar problemas, su liderazgo, sus brillantes ideas y su extraordinario talento. Pero, además, era un excelente divulgador y un amante de los pájaros, que buscaba para fotografiar (Y diseñó un flash para su cámara para captarlos mejor). Sin él, Berkeley nunca habría estado presente en la Tabla Periódica.  

Pero volvamos al berkelio. Después de haberlo descubierto, el equipo de Berkeley se puso a trabajar en conseguir una mayor cantidad del elemento y aislarlo. Aprender sobre él e incluso pensar en alguna que otra aplicación (Spoiler: ninguna). Tuvieron que esperar a 1958 para que Burris Cunningham y Stanley Thomson lo lograran aislar. Aislaron una pequeña muestra de Bk249. Este elemento se puede obtener en los reactores nucleares, tras una exposición del plutonio a la radiación (Del uranio pasamos al plutonio, americio, curio, y el curio-249 decae emitiendo una beta en berkelio-249). La obtención de la primera muestra “visible” fue en 1962 por Cunningham y Jim Wallmann. Aprovechaban sus estados de oxidación (imaginaban cual era por analogía con otros elementos de la tabla) y buscaban compuestos que reaccionaran con ellos. Aislaron 0´02 microgramos de dióxido de berkelio 249. 

Ese berkelio, hoy en día, básicamente se produce en Estados Unidos (Oak Ridge National Laboratory) y en Rusia (Dimitrovgrad). Para que te hagas una idea, en USA no se ha llegado a producir más de un gramo de este elemento (salía a unos 180 dólares el microgramo). Imaginarás, que el único uso ha sido para investigación en laboratorio. Una cosa que se ha hecho importante con él es utilizarlo para producir teneso, el elemento número 117. Se creó utilizando 22 miligramos de berkelio que se estima costaron 1 millón de dólares. Posiblemente haya sido su más importante aplicación. 

Berkelium metal.jpg
1´7 microgramos de berkelio.

El más común de los isótopos, el Bk249, tiene una vida media de 330 días (Nada, comparado con los 1380 años del Bk247) y decae emitiendo partículas beta y transformándose en californio-249. Y ésta podría ser otra aplicación. Hoy por hoy es demasiado caro, radiactivo y volátil como para pensar en utilizarlo para otras cosas. Pero se sigue investigando, poco a poco, y quién sabe. SE han visto cosas raras con sus electrones, y parece que pesan más los interiores, al moverse mucho más rápido... yo qué sé... Habrá que estar al tanto en el futuro, no?

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