El azufre: Amarillo. Venenoso. 16 protones. 16 electrones, 6 de ellos en la última
capa, como el oxígeno. Si lo piensas, el oxígeno y el azufre son dos elementos
muy diferentes. Uno es vital para nosotros y el otro un
veneno temible, uno es un gas y el otro un sólido y uno es transparente y el
otro amarillo… vamos a ver si lo
estudiamos un poco y descubrimos algunos de sus secretos.
Para empezar, el azufre es un elemento muy común en
la Tierra. Además, puede existir en forma pura en la naturaleza puesto que
forma una molécula muy estable de 8 átomos de azufre. Cada átomo se une a otros
dos elementos compartiendo uno de sus electrones y teniendo así, todos, 8
electrones en su última capa.
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Azufre |
Efectivamente, el azufre es sólido (bastante blando,
eso sí), amarillo y venenoso. Se comporta como el oxígeno frente a otros
elementos, puesto que, igual que el gas, el azufre
necesita solo dos electrones para completar su última capa. Esos dos electrones
los tomará prestados de otros elementos. Se oxida, por lo tanto. Bueno, no es exactamente igual que el oxígeno porque el hecho de tener 3 capas en
lugar de dos, hace que en la tercera capa (más alejada del núcleo) los electrones
estén “menos unidos al átomo”. Eso también significa que al no estar los
electrones tan ligados al núcleo, el azufre es capaz incluso de ceder esos 6
electrones de la última capa si es que hiciera falta. Otra diferencia con el
oxígeno, aunque obvia, es que su núcleo es mayor por lo que el azufre es más
pesado.
Pero volviendo a su aspecto y al hecho de que se
pueda encontrar en estado puro, lógicamente, no pasó desapercibido ante los
ojos de nuestros antecesores. Descubrieron que el azufre prendía muy bien y
que, además, provocaba un fuego azul muy llamativo. Su nombre, de hecho,
proviene del latín “roca que arde” o “sulphur”. Antiguamente también era llamado "piedra de sangre", porque cuando se quema se obtiene un líquido de color rojo oscuro.
Fue Antoine Lavoisier, uno de los más grandes químicos de la historia quien, en el siglo XIX, estudió el azufre como elemento. El azufre, en cualquier
caso, también se encuentra formando parte de otras rocas como la Pirita (FeS2),
el Cinabrio (HgS) o la Galena (PbS). De los tres minerales existen minas muy
importantes en España (La de Galena, en Jaén, actualmente está cerrada pero se dice que es uno de los yacimientos más importantes de la historia). De todas formas, hoy en día, el azufre se extrae de algunos depósitos subterráneos. Muchas veces se extrae gracias a un proceso llamado Proceso de Frasch, según el cual, el azufre se funde utilizando agua caliente y esa roca fundida se bombea hacia arriba utilizando un chorro de aire a presión.
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Pirita |
Debido a esa característica de “roca que arde”, no
solo fue usado en el pasado como elemento más bien decorativo en ciertas ceremonias, si no que los romanos o los
griegos, por ejemplo, lo utilizaban como arma/pirotecnia. El azufre, de hecho,
es otro de los ingredientes de la pólvora. (De otro que ya he hablado es el nitrógeno). Un elemento que ha causado grandes sufrimientos a lo largo de la historia y que, por lo tanto, siempre se ha atribuido al dolor y al demonio.
El problema del azufre es el mal olor que desprende
al quemarse. En estado puro no huele nada pero al quemarse, por ejemplo, suelta
dióxido de azufre (SO2), que huele realmente mal. También huele muy mal el
sulfuro de hidrógeno (H2S), producido tras la fermentación de ciertas bacterias
en, por ejemplo, tus intestinos. El sulfuro de hidrógeno puede ser sintetizado
artificialmente (Se obtiene, entre otras cosas, del sulfuro ferroso (FeS) o de
un subproducto del gas natural) y se emplea, por ejemplo, en las bombas
fétidas. Varios compuestos con azufre huelen mal. Hay animales que incluso
generan una sustancia fétida con la que defenderse. Hablo de las mofetas. El
líquido de las mofetas es un conjunto de compuestos orgánicos que constan de
azufre (concretamente tioles o mercaptanos –SH) que juntos apestan de lo lindo.
Pero actualmente, y como podrás imaginar, su uso más
común no es fabricar bombas fétidas. Su uso más común (supone el 85% del total
de azufre) es la fabricación de uno de los ácidos más conocidos: El ácido
sulfúrico (H2SO4). Tiene usos muy variados. La mayor parte, eso sí, se utiliza
para la fabricación de fertilizantes. Pero se utiliza también para la
fabricación de detergentes y en variadas aplicaciones industriales. En la industria petroquímica o en la metalúrgica es muy común, así como en muchas fábricas que tengan
plantas de tratamiento de aguas. Se utiliza, por ejemplo, para limpiezas de
tanques o resinas de desmineralizadores (tanques de tratamiento de las aguas).
Un sinfín de usos que, como ejemplo más exótico y según he leído, está el de la
fabricación de cocaína.
Como he dicho, la mayor parte del ácido sulfúrico y,
de hecho, la mayor parte del azufre que se utiliza en el mundo va a parar a los
fertilizantes. Y si se utiliza para los fertilizantes, normalmente, es porque
las plantas lo necesitan. Y raro sería que algo que le viniera bien a las
plantas no nos viniera bien a nosotros…y efectivamente, el azufre es muy importante
para los seres vivos. Es un componente importante de algunos aminoácidos, como
la cisteína y la metionina.
Como curiosidad, y en relación a la utilidad del
azufre en los seres vivos así como a su olor, está, por ejemplo, el olor del
ajo o los compuestos sulfurosos de la cebolla, que son los que nos hacen llorar
y cuyo culpable es el propionaldehido (C4H8OS).
Incluso existen seres que utilizan el azufre
parecido a como nosotros utilizamos el oxígeno. Las bacterias de tu intestino
respiran azufre y expiran sulfuro de hidrógeno. Este tipo de bacterias
descomponen grandes moléculas en otras pequeñas (ácidos orgánicos y alcoholes),
utilizando encimas especiales para hacerlo. De hecho, son una de las razones
por las que el azufre se utiliza para el cultivo, puesto que éstas bacterias oxidan
el azufre y con ello bajan el PH (aumentan la acidez, es decir, los iones de H+)
del suelo. Esta es la reacción:
2S + 3O2 + 2H2O > 2SO4 (-2) + 4H+
Otras bacterias utilizan el sulfuro de hidrógeno que
se desprende de las columnas volcánicas del fondo del océano para vivir. El
proceso se llama quimiosintesis. Están a tal profundidad que no les llega la
luz solar. El azufre emana de la corteza terrestre y por ello siempre hay altas
concentraciones en zonas volcánicas. Además, existen animales, como el gusano
de tubo gigante, que viven gracias a esas bacterias y que puede llegar a medir
más de dos metros. El hecho de que exista vida a esas profundidades y que utilice
el azufre para obtener energía, ha provocado que mucha gente (entre las que me
incluyo) crea que realmente pueda existir vida en otros lugares del Sistema Solar.
Europa, Ganímedes y Encélado son 3 lunas de Júpiter y Saturno (Puedes aprender
sobre estos interesantes mundos en el blog astronomiaparatontos) donde se tiene
bastante certeza de que existe un mar subterráneo por debajo de la superficie
de hielo. En esos mares, posiblemente existan las fumarolas como las que
existen en la Tierra y, quién sabe, quizás existan unas bacterias que obtengan
la energía a partir del azufre que emane de las mismas…
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Fumarola de... ¿Podría ser Europa? |
Y hablando de lunas de Júpiter, la mayor
concentración de azufre del Sistema Solar se encuentra en una de ellas: Io. El
objeto más activo y con más volcanes del Sistema Solar.
Si viajásemos a Io, el azufre no nos mataría. En realidad, no es
tan tóxico y, de hecho, se utiliza para sulfatar los campos y sirve para la
agricultura ecológica. También existen remedios caseros donde te indican que lo
apliques en hongos, como antibacteriano o para tratar el Acné. En Io, el azufre
nos mataría indirectamente, ya no tanto por la toxicidad del mismo sino porque
una vez en la atmósfera de Io, los rayos del Sol lo ionizan haciendo que sea
radiactivo y siendo Io, por lo tanto, uno de los lugares más radiactivos que conocemos, donde morirías, por ello, a las pocas horas.
También morirías en Venus, donde el ácido sulfúrico se condensa en las nubes y cae a la caliente superficie en forma de lluvia. Aquí, en la Tierra, por cierto, en ocasiones también llueve "lluvia ácida". No es tan fuerte, obviamente, pero sí perjudicial para el medio ambiente. Tendremos que cuidarnos de no acabar peor, como en Venus.
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