El bario es el elemento número 56
de la
Tabla Periódica. Esto quiere decir que tiene 56 protones en su núcleo y
56 electrones en su corteza, éstos últimos distribuidos en capas de la
siguiente manera: 2, 8, 18, 18, 8, 8, 2. Esa última capa con 2 electrones va a
determinar muchas de sus características, igual que pasaba con los alcalinos
que hemos visto hasta ahora: El
berilio, el
magnesio, el
calcio y el
estroncio.
Después del bario, solo nos quedará el radio (Dentro de 33 elementos).
El bario no es que sea un elemento muy
abundante (En realidad, salvo el
oxígeno,
silicio,
aluminio,
hierro y 6 ó 7
más, el resto no supera el 0´1%). El bario ocupa el puesto número 18 por orden
de abundancia, por encima del
cloro y por debajo del
azufre. El problema es que
es muy reactivo y no se encuentra libre en la naturaleza; siempre está asociado
a otros elementos. Y por eso pasó desapercibido para los seres humanos hasta
hace relativamente poco. No obstante, sí es cierto que algunos minerales con
bario, tras ser tratados, pasan a ser luminiscentes, y esto se conocía
desde la Edad Media. Son conocidos los relatos de
Vincentius Casciorolus, un zapatero interesado por la alquimia, que escuchó hablar de ciertas piedras que había en unas montañas cercanas a Bolonia, en Italia. Observó como si se calentaban dichas piedras, emitían una bonita luz verde. Lo más sorprendente es que el material que quedaba, si le daba la luz solar, podía brillar durante al menos una hora. Ese material que brillaba era
sulfito de bario, BaS (que se obtenía a partír de
sulfato de bario (BaSO4)), básicamente el mineral hoy en día conocido como
barita.
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Barita. |
El primero en saber que esas piedras tenían un elemento
nuevo fue
Carl Scheele, en 1774, pero no pudo aislarlo. Lo llamó, no obstante "Terra ponderosa", en latín, tierra pesada. Tuvimos que esperar a
que llegara
Humphry Davy, el famoso químico inglés, a solucionar el problema y
aislar este raro metal en 1808.
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Bario puro. |
Son escasos sus usos.
La razón es que hay poco, es blando y se oxida muy fácilmente (aunque forma una
capa de óxido que lo protege). Se utiliza en aleaciones, por ejemplo para
endurecer ciertos aceros, o junto con el
níquel, para los alambres de bujías
(El bario aumenta la capacidad de emisión) o con plomo y calcio para algunos
cojinetes.
El bario sí pasó a la historia en
el año 1895 cuando
Wilhelm Conrad Röntgen, un ingeniero y físico alemán, se
encontraba en su laboratorio experimentando con un
tubo de Crookes, o tubo de
rayos catódicos (Ya hablamos sobre lo que era eso al hablar del estroncio).
Röntgen hizo algunas modificaciones en el tubo cubriéndolo de negro y
añadiéndole bario en un extremo que había dejado sin cubrir (la verdad es que
no sé dónde quería llegar, y supongo que ya da igual). Cuando estaba con los primeros
ensayos, vio con el rabillo del ojo como que algo se iluminaba cerca de él. Había
sobre una mesa unos papeles (dicen que un alumno habría pintado una letra con
bario (exactamente
cianuro de bario) en uno de ellos) y, a pesar de que en
teoría nada podía salir del tubo, puesto que había sido tapado, el bario brilló.
No se lo podía creer. Lo más asombroso llegó después, cuando cogió una placa,
la cubrió con bario y puso un libro (lo primero que pilló) para hacer de
barrera entre ésta y su tubo de Crookes y, para su sorpresa, pudo ver en la
placa la llave que utilizaba como marcador en el libro. ¡Podía ver a través de
las páginas del libro! Después, sostuvo un tapón de metal entre la placa y el
tubo de Crookes y creyó estar volviéndose loco cuando pudo ver ¡los huesos de
su mano! Wilhem se encerró en su laboratorio varias semanas y no salió hasta
entender lo que veían sus ojos (y descartar que se estuviera volviendo loco, lo
cual terminó de confirmar cuando le “radiografió” la mano a su mujer y comprobó, con
alegría, que ella veía lo mismo que él). No estaba loco. Había inventado la máquina de
rayos X.
Y ganaría el primer Nobel de física en el año 1901.
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Wilhelm C. Röntgen y la famosa radiografía de la mano de su mujer (con anillo incluido). |
El caso es que el bario absorbe
los rayos X. Esto puede resultar útil, por ejemplo, para los médicos. Hay unas
pruebas, en las que el paciente tiene que beber bario (concretamente sulfato de
bario, en forma de un líquido blanco y amargo, ya que se le añade agua
para facilitar la ingestión). Luego realizan unas fotos con rayos X y como el
bario es pesado, se ve perfectamente dónde está. El bario no es absorbido por
el cuerpo, con lo que recomiendan beber abundante agua para que vaya saliendo. El
sulfato no es peligroso porque no se disuelve en agua, pero el
nitrato de
bario, por ejemplo, se utiliza como matarratas o el ion de bario se sabe que es
tóxico, pudiendo causar problemas de corazón, entre otros. En cualquiera de los
casos, cuanto más lejos, mejor.
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Radiografía hecha con bario. Técnica de la fluoroscopia. |
Su nombre, por cierto, proviene
del griego barys, que significa pesado (Se lo puso Antoine Lavoisier). El bario
es un elemento estable bastante pesado, como lo son los minerales en los que
hay bario. El mineral más común, y la principal mena de donde se obtiene bario,
es la barita, que ya he mencionado.
El sulfato de bario es caro,
principalmente debido a su escasez y peso, que es por lo que es un metal
bastante codiciado por las empresas petroleras y de gas, ya que lo utilizan
para aumentar la densidad de los fluidos cuando están explorando nuevos
depósitos (Los trozos de roca flotarían con lo que es más fácil sacarlos).
Tiene otra propiedad, y es que
cualquiera de las sales de bario, al ser quemadas, emiten una llama de color
verde. Esto lo saben bien los expertos pirotécnicos, y utilizan estas sales
para el color verde de los fuegos artificiales.
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Nitrato de bario chino que se puede comprar por internet fácilmente. |
No es lo único que se colorea con
bario. Los chinos de la época de su primer emperador (unos 200 años antes de Cristo) pintaron, utilizando sales
de bario, los famosos soldados de terracota de azul. Ese pigmento, tal y como
descubrieron siglos después científicos americanos, podría convertirse, en
determinadas condiciones, en un material superconductor. Ese azul es el mismo que la benitoíta, la piedra preciosa del bario, descubierta el siglo pasado en una única localidad de California: San Benito. También se utiliza el
bario en pigmentos blancos, junto con el
zinc muchas veces.
Y por último, simplemente mencionar que junto con
titanio (
titanato de bario, que es un material cerámico) y
estaño se ha formado un material más resistente a la torsión que el diamante. Es un prototipo, pero quién sabe... las sorpresas que nos puede llegar a dar cualquier elemento de nuestra Tabla Periódica.
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Imagen del Ministerio de Energía y Minas. Dicen que la Benitoíta es más valiosa que el diamante. |
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