Con el xenón terminamos, por
fin, la quinta fila de la Tabla Periódica. Ya solo quedan dos filas (Las dos más
largas, eso sí). El xenón es el elemento número 54 porque tiene 54 protones en
su núcleo (Los isótopos más comunes son el Xe-129 y el Xe-132 con, además, 75 y 78
neutrones cada uno). He de añadir que el xenón tiene 9 isótopos estables y 16
inestables (radiactivos).
El xenón es además el quinto gas
noble de la lista. Ya hemos visto el helio, el neón, el argón y el kriptón.
Todos ellos tienen 8 electrones en la capa de Valencia y eso es lo que les hace
especiales, ya que no van a querer mezclarse con la “plebe” pues no necesitan
tomar, ceder o compartir ningún electrón. El xenón no es para menos,
aunque lo cierto es que sí forma algunos compuestos, como luego veremos.
El xenón es un gas escaso en la Tierra. Está en la atmósfera, pero es muy poco abundante (tan solo 1 parte por
cada 20 millones). Surge de algunos manantiales desde dentro de la Tierra y poco
más. Una teoría es que una buena parte del xenón terrestre está en el núcleo de
nuestro planeta mezclado con el hierro y el níquel. Otra teoría, quizás con
mayor fundamento, es que el Xe se encuentra en el manto, entre los huecos de la
estructura Perovskita del silicato MgSiO del mismo. Y además de xenón
natural, también tenemos xenón “artificial”, que es el que se genera en los
reactores nucleares de nuestras centrales eléctricas (ahora lo veremos).
La consecuencia de la escasez y
la “nobleza” del xenón es que no se descubriera hasta 1898. Lo encontraron los
químicos británicos Sir William Ramsay, el padre de los gases nobles, y su
ayudante, Morris Travers (quien le ayudó también con el neón y el criptón). Lo
hicieron destilando una gran cantidad de aire líquido y estudiando todos sus
compuestos. Ese aire líquido lo obtenían gracias a la donación de Ludwig Mond,
un empresario con pasta que les regaló una máquina para producirlo. (Donaciones de
empresarios ricos que hacen historia. Y falta, muchas veces). El nombre se lo
pusieron por la palabra griega “xenos”, que significa “raro” “extraño”. Hoy en
día, por cierto, el xenón se obtiene de la misma manera (a partir de aire
licuado).
Ejemplo de estructura perovskita. |
El gran Sir William Ramsay. |
Poco podía hacerse con un gas tan escaso, claro. Los primeros experimentos, supongo, acabarían con el xenón metido en un tubo de ensayo e ionizado utilizando una corriente eléctrica. Con ello, igual que pasa con los otros gases nobles, el xenón se ilumina, en este caso con una bonita luz azul-blanquecina. (A mayor presión del gas, más blanquecina es la luz emitida). Esta propiedad hace del xenón un gas muy utilizado en iluminación, ya sea para temas científicos como láseres, artísticos como flashes de fotografía o más del día a día como los faros de xenón de los automóviles, donde en realidad el xenón se utiliza para el encendido. Luego son generalmente sales de sodio o de mercurio lo que se ilumina (Las sales, tras la ionización inicial a alta tensión del xenón, se vuelven conductoras, lo cual hace que se mantenga encendida. Es como que las sales hacen el papel del filamento de la bombilla tradicional).
Funcionamiento luz xenon de coche. |
Respecto a los compuestos de xenón, no fue hasta 1962 cuando Neil Bartlett anunció haber obtenido el primero (Linus Pauling lo había predicho 30 años antes). Lo hizo con uno de los elementos más reactivos de la tabla: El flúor. Era Hexafluoroplatinato de xenón (Xe+PtF6). Si como hemos visto, el xenón puede ionizarse (perder un electrón)... ¿Por qué no?
Hoy en día se conocen más de 100 diferentes compuestos con xenón, floruros, óxidos y oxifloruros, de entre los que destaca el XeF2, por ser el más fácil de producir (Basta con dejar “los ingredientes” al Sol. Sí, a nadie se le había ocurrido antes).
El xenón se utiliza en tecnología
punta como en los propulsores de iones de xenón de algunos satélites y sondas
espaciales (la cosa empezó en los 60, con el motor iónico de Kauffman, que
usaba hidrógeno y helio. En los años 70 y 80 empezaron a utilizar cesio, que es
el próximo elemento que veremos y después se pasó a los gases nobles, como el Xe).
Se trata de inyectar el gas en la tobera e ionizarlo, lanzándole electrones,
con lo que los iones positivos salgan al exterior generando el empuje del
satélite en dirección contraria. La gran ventaja de esta tecnología es todo el
peso en combustible líquido tradicional que te ahorras.
Funcionamiento de un motor tónico. El xenon entra por la izquierda, se ioniza con los electrones y sale por la derecha. |
Aunque ya no sea tecnología
punta, el xenón también se utiliza en los televisores de plasma. Las TVs de
plasma contienen unas celditas con gases nobles que, cuando les llega
electricidad se convierten en un plasma (ni sólido, ni líquido, ni gas: plasma,
otro estado de la materia. Los átomos ionizados y conduciendo electricidad la
mar de bien) y brillan (Aunque tienen unos fósforos que son los que se iluminan/dan
el color, en realidad).
Otra aplicación actual del Xenon
es la búsqueda de WIMPs o materia oscura (Dark Matter) utilizando xenón
líquido, como por ejemplo el Large Underground Xenon experiment (LUX) de Dakota
del Sur (USA), cuyo instrumento constaba de un antiguo tanque de agua a 1500
metros bajo tierra dentro del cual un depósito con 370 kg. líquidos de xenón
hacía de sensor ultrasensible o el Xenon1T, en Italia, con 3500kg de xenón a
casi -100ºC.
El xenón lo conocen bien los
ingenieros nucleares. Lo llaman veneno producto de fisión. Producto de fisión
porque es un elemento (Xe-135) que se produce en aproximadamente un 6% de las
fisiones del uranio (y además se genera a partir del I-135, también un producto
de fisión). Y veneno porque absorbe neutrones, lo cual “frena” la reacción en
cadena que es lo que genera el calor en el núcleo del reactor. Existen unas
fórmulas que les permiten saber cuánto xenón hay en cada momento en el reactor
y cómo afecta éste a la potencia (o a las variaciones de la misma).
Otro isótopo, el Xe-129, también
es un producto del decaimiento del Yodo. Pero esto ya es un isótopo natural
que, por ejemplo, se encuentra en los meteoritos y se utiliza para su datación.
(Quiero remarcar que el hecho de haber más xenón en los meteoritos nos da una
idea de que en nuestra atmósfera hay menos Xe del esperado). Es debido a que
tiene una vida media de 17 millones de años por lo que, sabiendo cuando hay de
uno y de otro en el meteorito, se puede estimar su edad.
Para finalizar, simplemente
añadir que el xenón no es un gas tóxico, y que, debido a su escasez, tampoco
tenemos en nuestro cuerpo. En realidad no lo queremos porque, al igual
que pasaba con el helio, podría matarte, pero por asfixia. Si lo respiras puro
te quedas sin oxígeno y mueres al poco tiempo. A veces no queda más remedio y sí nos lo inyectan en el cuerpo: Como
anestesia general, aunque si bien es cierto que tiene muchas ventajas
sobre el óxido nitroso éste último es mucho más usado por una razón bastante importante: El precio, ya que
cuesta unas 2000 veces menos.
Sí que hay que decir que hay
gente que sí lo quiere en su cuerpo. Algunos atletas lo han usado como dopante
(respirando una mezcla aproximada de 50% oxígeno y 50% xenón). Lo que dicen es
que el xenón estimula el HIF-1-alfa o Factor inducible de la hipoxia, que es un
factor que estimula la producción de EPO endógena, que es una proteína que
estimula a su vez la síntesis de glóbulos rojos, lo que se traduce en una
mejora del transporte de oxígeno a los músculos. El tema es que no está muy
regulado su uso, aunque según he leído, en el 2014 la Agencia Mundial
Antidopaje (AMA) prohibió su uso. Lo que pasa es que es bastante complicado
detectar si un atleta lo ha utilizado o no… con lo que la polémica está
servida.
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