El helio, que es el segundo elemento de nuestra Tabla Periódica, tiene dos protones, dos electrones y, generalmente, dos neutrones.
Es el segundo elemento más abundante en el Universo. Y es que, en las
estrellas, se genera mucho, mucho helio. Es el resultado de la fusión de dos
átomos de hidrógeno: El combustible estelar por excelencia. Ya sabes. (Escribí una entrada al respecto, que puedes leer, si tienes curiosidad AQUÍ).
Sus dos electrones son suficientes para rellenar la primera y única capa de
electrones que tiene. El número máximo de electrones que tiene una capa son 2n^2, (siendo “n” el número de la capa)
así que la primera capa (n=1) tiene un máximo de 2 electrones, justo los que
tiene el helio. El hecho de tener la capa completa, le da una gran estabilidad, lo que marcará, como no podía ser de otra manera, su carácter.
Al ser un átomo muy estable, no reacciona con nada. Es por ello por lo que aun
siendo el segundo elemento más abundante que existe, es bastante difícil
encontrarlo en la Tierra. El caso es que es un átomo tan ligero que no se
mezcla con ningún otro y, por lo tanto, escapa fácilmente de la atmósfera
terrestre: sube, sube y sube y nada lo frena hasta que se encuentra en el vacío
del espacio.
Esa escasez de helio en la Tierra es, precisamente, lo que le dio nombre.
El nombre proviene de Helios, el Dios griego del Sol. ¿Por qué? Porque se
descubrió, allá por el siglo XIX, precisamente en el Sol. ¿Cómo puede ser eso?
Pues utilizando una técnica llamada espectroscopia que, básicamente, mide las
ondas que emiten los átomos cuando se calientan. Se miró al Sol (Durante el eclipse solar de 1868) y descubrieron
unas ondas que no encajaban con ningunas de las de los elementos que se
conocían en la Tierra con lo que, se dedujo, debía ser un elemento nuevo, al
que se le dio el nombre de Helio.
Supongo que te estás preguntando que si todo el helio se escapa de la Tierra
¿De dónde se saca el que se utiliza para, por ejemplo, hinchar los globos en
una fiesta de cumpleaños? Pues bien, de dos maneras: Una, se forma en la
Tierra. Elementos radiactivos como por ejemplo el uranio sueltan, de vez en
cuando, un átomo de helio (lo que se conoce como una partícula alfa).
Y por otro lado, también está almacenado bajo la superficie (ese que no ha
podido escapar) y se extrae, por ejemplo, al extraer petróleo de los pozos
petrolíferos.
¿Y sobre sus propiedades? Pues la más destacable, por supuesto, es la de
que es un gas noble y no reacciona con nada. Es incoloro, insípido, inodoro.
Trasmite muy bien el calor y aunque lo enfríes a 0ºK (lo que se conoce como el
cero absoluto), seguirá
siendo líquido (se congelará solo si se le aumenta, además, la presión).
Así que las principales aplicaciones tienen que ver con su ligereza
(hinchado de globos, por ejemplo) y su capacidad de refrigerante. Si alguna vez
te has preguntado, por cierto, si es malo “respirar” el helio de los globos… quizá
podrías ya responderlo. La respuesta es que no, no es malo. El helio no
reacciona con nada y entra y sale de tus pulmones como si nada. Eso sí,
cuidadín, porque lo que necesitas para sobrevivir es oxígeno y en los globos de
helio no hay oxígeno (En realidad sí, que meten un poco por eso), con lo cual, te ahogarías si solo respiraras helio. Y,
además, no te darías cuenta.
Tiene más aplicaciones, por supuesto, desde utilizarlo para el buceo (muy poco común, desde luego), fabricación de componentes electrónicos, soldadura y corte de ciertas piezas, para funcionamiento de superconductores (ciertos materiales, al ser enfriados a muy bajas temperaturas, se comportan de manera excepcional, dejando de oponer cualquier tipo de resistencia al paso de la electricidad), para enfriamiento de equipos de resonancia magnética (que suelen utilizar superconductores) o para pruebas de ciertos sistemas de los coches, como sistemas de refrigeración e incluso se utiliza en algunos airbags (junto con el argón).
Siguiente elemento: El litio.
Tiene más aplicaciones, por supuesto, desde utilizarlo para el buceo (muy poco común, desde luego), fabricación de componentes electrónicos, soldadura y corte de ciertas piezas, para funcionamiento de superconductores (ciertos materiales, al ser enfriados a muy bajas temperaturas, se comportan de manera excepcional, dejando de oponer cualquier tipo de resistencia al paso de la electricidad), para enfriamiento de equipos de resonancia magnética (que suelen utilizar superconductores) o para pruebas de ciertos sistemas de los coches, como sistemas de refrigeración e incluso se utiliza en algunos airbags (junto con el argón).
Siguiente elemento: El litio.
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