9. Flúor

Cuando oyes hablar del flúor, supongo que lo que se te viene a la cabeza es algo relacionado con la pasta de dientes y poco más… bueno, vamos a ver si cambiamos eso.

Primero, su nombre: Flúor proviene del latín “fluere” (fluir). Esto es debido a que hay una roca, la fluorita, que se funde muy rápidamente (La calientas un poco y fluye J). Hoy sabemos que esa roca es fluoruro de calcio, CaF2, y que de ella se obtiene el ácido fluorhídrico, uno de los ácidos más peligrosos que existen.

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Fluorita. Crédito: E. Zimbres (FGEL/UERJ) y T. Epaminondas (mineral collector)

El flúor es el elemento número 9. Como sabes, eso significa que tiene 9 protones. Para que sea un átomo eléctricamente neutro, debe constar de 9 electrones. Además, el núcleo constará de varios neutrones.

También sabes, si has leído las entradas anteriores, que los 9 electrones se distribuirán de una manera concreta en la corteza electrónica: 2 de ellos completarán la primera capa y los 7 restantes ocuparán la segunda. La segunda capa se completaría con solo un electrón más (8 en total), que es lo que va a buscar el flúor a toda costa! ¿Recuerdas la entrada del oxígeno? La palabra oxidante provenía precisamente de la capacidad del oxígeno para robar electrones, y eso lo convertía en un elemento muy reactivo. Bueno, pues el flúor es peor. Ostenta el record de elemento más reactivo de todos. Es muy peligroso. Robará un electrón a cualquiera que se ponga por delante.

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Henri Moissan. (1852-1907)
El descubrimiento del flúor (me refiero al primero que lo aisló) fue un francés: Ferdinand Frederick Henri Moissan. Ferdinand recibió el Premio Nobel de química en 1906 por haberlo conseguido. Y no es para menos, ya que muchos químicos durante muchos años, sufrieron heridas o murieron intentándolo. Como ya he dicho, el flúor es muy peligroso. ¿Cómo lo hizo? Bueno, el método es el mismo que se sigue utilizando hoy en día: La electrólisis del fluoruro de hidrógeno, HF. (Descomposición del HF utilizando una corriente eléctrica). Moissan enfrió mucho el recipiente donde practicó su experimento (para hacer la reacción más lenta) y utilizó para el mismo platino, que es un material muy poco reactivo).


Hay que tener mucho cuidado con el flúor. Cuando se fabrica, normalmente es para utilizarlo inmediatamente, ya que manejarlo es sumamente peligroso (Si hay que llevarlo de un sitio a otro, se suele hacer en frío (-200ºC) y en recipientes de níquel o cobre, ya que no reaccionan violentamente con el flúor). Morirías en poco tiempo si entraras en contacto con el flúor. El flúor aislado es un gas… Y cualquier cosa que entre en contacto con ese gas se oxidará muy rápidamente, desprendiendo mucho calor, lo cual significa que prácticamente arderá al instante. Hasta el agua desprende una llama cuando entra en contacto con este elemento.

Lo bueno es que el flúor, en cuanto encuentra ese electrón que le falta, se calma. Tanto es así que, por ejemplo, puede formar gases tan inertes como el hexafluoruro de azufre, SF6, que se utiliza en sistemas de contraincendios. El caso es que el flúor le roba el electrón a una gran cantidad de elementos y, por lo tanto, existen muchísimos compuestos con flúor, por ejemplo, el fluoruro sódico, que es una sal que ayuda a formar fluorapatita, un constituyente del esmalte dental (ayuda a endurecerlo). Sí, lo de la pasta de dientes. Al hilo de esto, en casi todo el mundo se empezó a echar flúor en el agua, y fue una medida que ayudó a prevenir las caries como ninguna otra en el pasado. Ahora hay muchos sitios donde se está eliminando, debido a (según parece) su peligrosidad. Como pasa con muchas cosas, en pequeñas dosis es bueno pero puede ser peligroso cuando la cantidad es demasiado elevada. En los dientes, es causante de la fluorosis dental, unas manchas blancas que pueden afectar sobretodo a los dientes de los niños.

Además de para fabricar pasta de dientes y como corrosivo invencible, el flúor se utiliza para muchas otras cosas.

Un ejemplo muy conocido de material fabricado con flúor es el teflón, también conocido como politetrafluoroetileno, un plástico que se utiliza mucho en fontanería (para evitar fugas) o en la cocina, para que la comida no se pegue a la sartén. También es conocido porque con él se fabrica por ejemplo el Gore-Tex.
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Hay más, claro. El flúor se utiliza como insecticida en su compuesto de fluoruro de sodio, que ya he mencionado. También en sistemas de refrigeración como fluoroclorohidrocarburos (HCFC), parecidos a la familia de los CFC (fluoroclorocarburos), pero menos dañinos para la capa de ozono (suben a la atmósfera donde por acción de la radiación liberan el cloro, que descompone las moléculas de O3). Los CFC pueden absorber grandes cantidades de calor durante su evaporación, de ahí que sean tan buenos para sistemas de refrigeración. En los años 70 y 80 se descubrió que los CFC eran los principales causantes de la degradación de la capa de Ozono, con lo que se prohibieron a nivel mundial en 1995. Tenían muchos usos, además de refrigerantes: propulsores para aerosoles (su uso más conocido, yo creo), agentes de limpieza o disolventes.

Existe otro fluoruro (Sal del ácido fluorhídrico), el hexafluoruroaluminato de sodio, también llamado Crionita, que se utiliza para fabricar el aluminio. Y hay otro, el hexafluoruro de uranio, que se utiliza para separar los isótopos de uranio y así poder enriquecer el combustible de las centrales nucleares (ya lo veremos cuando toque). 

Seguro que hay muchos más y los que vendrán. Si conoces alguno que creas que es suficientemente interesante para ser añadido en el blog, no dudes en comentar! ¡Te leo!

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