No cabe duda de que el cobre es uno de
los grandes de la Tabla Periódica. El elemento de 29 protones, conocido en el
mundo entero desde prácticamente... siempre.
Lo que ya sabemos es que es un metal de
transición y por lo tanto con unas características determinadas por ello. Eso
lo sabemos nosotros y lo saben nuestros antepasados desde hace muchísimos años
porque el cobre es relativamente fácil de encontrar en estado puro (No es que
sea muy abundante, pero es muy fácil extraerlo). Además de eso, tiene un color
muy característico, con lo que nunca ha pasado desapercibido.
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Cobre en estado puro. |
Hacia el año 9500 a.C. ya se utilizaban
piezas de cobre, que se trabajaban a golpe de martillazo (es bastante blando
con lo que a base de golpes algo se puede hacer), aunque la Edad de Cobre
propiamente dicha llegaría más de 3000 años después, hacia el 6000 a.C. cuando
después de haber desarrollado la cerámica, el cobre podía fundirse (funde a
1083ºC) y trabajarlo utilizando moldes (aunque a menores temperaturas ya se ablanda lo suficiente como para poder trabajarlo bien). Fue una auténtica revolución, que
empezó en lo que hoy sería Irak y alrededores. Tardaría un par de milenios en
extenderse por casi toda Europa. En América también se desarrolló la industria
del cobre, aunque sería hacia el primer milenio a.C. (Date
cuenta de que el Cobre está en la misma columna, la 11, que el oro y la plata.
Tienen unos enlaces relativamente débiles, lo que hace que sean bastante
maleables).
Son especialmente importantes las minas que hubo en la zona de
Israel o Grecia. En Creta y Chipre había muchísimo. De hecho, la palabra cobre
proviene del latín Cyprium, que a su vez proviene del griego Kypros, que es
como llamaban a esa isla. De Cyprium (o cypriumaes, metal de Chipre) pasó a
Cuprum y de ahí a Cobre, aunque seguimos utilizando el símbolo Cu para
denominarlo. De esas minas se extraía cobre en estado puro. Más adelante, aprenderíamos a extraerlo cuando está
mezclado con otras sustancias: Fundiéndolo.
Así, su uso proliferó hasta que se dio
un pasito más y se entró en la Edad del Bronce. El bronce es una aleación de
cobre con un 10% de estaño aproximadamente. Ya se había empezado a investigar
con aleaciones, como la de cobre y arsénico (una impureza que aparece, a veces,
junto al cobre), y finalmente la aleación de cobre y estaño, que da lugar al
bronce y que supuso la entrada la Edad del Bronce hacia el cuarto-tercer
milenio a.C. El bronce es más duro que el cobre, con lo que las armas eran
mucho mejores y los que descubrieron esa aleación obtuvieron muchos más éxitos
en las batallas. Pero después llegó el hierro. ¿Y quién iba a querer, entonces,
espadas de cobre o bronce pudiendo tenerlas de acero?
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Típico objeto de bronce. |
Ha habido, por cierto, más aleaciones
con cobre. Especialmente conocida es, por ejemplo, la aleación de cobre y cinc,
que da lugar al latón, una suerte de metal amarillento parecido al oro, que
muchos, a lo largo de la historia, han usado para engañar a los ignorantes.
También se puede mezclar con cobalto (bronce Sol) o aluminio (Cuproaluminio) y
con berilio, como ya expliqué en su día. Otra aleación con cobre es la Alpaca,
que parece plata y que lleva cobre, níquel y zinc. Incluso especialmente
interesante es la aleación para fabricar campanas, que normalmente es bronce
aunque se le añade hierro o cinc para modificar su sonoridad.
El cobre estuvo apartado de la élite de los metales unos cuantos siglos pero volvió a convertirse en
protagonista hace relativamente poco, con la llegada de la electricidad. El
cobre es muy buen trasmisor de electricidad dada la enorme facilidad con la que
se mueven algunos de sus electrones. Además, transmite muy bien el
calor. Tiene que ver con los enlaces débiles que carácterizan tanto al cobre
como al oro o la plata. Así que encima de conducir perfectamente la
electricidad, el cable de cobre se calienta poco. Es por esto por lo que más de
la mitad del cobre que se produce actualmente va destinado al transporte de la
electricidad. También se utiliza en paneles solares, por ejemplo.
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El cobre como conductor de electricidad. |
También se utiliza mucho, quizás lo
hayas visto, en fontanería. Ahora se lleva también el PVC, y antes, el plomo,
aunque por su toxicidad dejó de usarse. El cobre todavía se usa en muchas
instalaciones y se hace, básicamente, por su precio y porque aguanta muy bien
la corrosión. El cobre forma una capa de óxido a su alrededor que protege al
resto de la pieza de los agentes exteriores.
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Malaquita. Un típico mineral de Cobre. Esta pieza proveniente de Murcia |
El cobre se ha llegado a usar hasta para
construcción. Sobretodo por el norte de Europa, muchos edificios antiguos
tienen unos tejados verdes… Pues son de cobre. Ese verde es el color del cobre
oxidado después de llevar un tiempo a la intemperie. Los óxidos del cobre son
de diferentes colores, aunque acaba imponiéndose el verde de la brochantita
(Cu4SO4(OH)6) o la malaquita (Cu2CO3(OH)3). Estos óxidos se forman por la
reacción del cobre con el oxígeno del aire, primero, y con el ácido carbónico o
el ácido sulfúrico de la lluvia, después.
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Ayuntamiento de Hamburgo, con su tejado verde. |
Existen grandes reservas de cobre en
Sudamérica, las mayores en Chile y en Perú y también en Australia. La mina más grande del mundo es Bingham Canyon, en Utah, USA. Queda
cobre en el mundo para muchos años, es muy importante su reciclado, llegando en
Europa a cubrir de ese modo hasta el 40% de la demanda. No obstante, se debería
aumentar el reciclaje (como con todo, vamos). En España, la mina más importante
está en la provincia de Sevilla, siendo una de las más importantes de Europa.
La parte más honda de dicha mina, por cierto, y como curiosidad, es el punto más
bajo de la Península, con 190 metros bajo en nivel del mar.
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Mina de cobre de Las Cruces, Sevilla. |
El cobre está presente en dos tipos de
minerales, los sulfuros y los óxidos. Como ejemplo de minerales sulfurados
están la Calcopirita (CuFeS3), la Bornita y la Calcosita. (normalmente se encuentran
en profundidad). Ejemplo de óxidos son la Cuprita. Para obtener el cobre, se
utilizan dos sistemas diferentes, dependiendo del tipo. Pirometalúrgico
(utilizando calor) para los sulfuros e hidrometalúrgico (tratamiento con
diferentes soluciones como por ejemplo ácido sulfúrico) para los óxidos.
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Bornita. Un bonito ejemplo de un sulfuro de cobre. |
Y por supuesto, el cobre también forma
parte de nosotros. En una parte fundamental de ciertas proteínas y su ausencia
puede provocar fallos en nuestro sistema inmunológico. También que no lo sinteticemos bien da problemas, en lo que se conoce como enfermedad de Wilson. Bueno, de hecho, es un bactericida/antiséptico
y se colocan, según he leído, piezas de cobre en algunas zonas en hospitales
(barras, manillares, etc) para evitar las trasmisiones de virus. Del mismo
modo, las tuberías de cobre ha sido una de las grandes mejoras para la salud
pública. Los microbios se axfisian cuando su metabolismo absorbe un átomo de
cobre. Las manillas, barandillas, monedas, tuberías… son de cobre en parte por
esta buena característica suya.
Así que excepto hongos, bacterias, etc.,
prácticamente todos los seres vivos lo llevan en su cuerpo con lo que si nuestra
dieta es variada, siempre tomamos algo de cobre. Dicen que hoy en día, con la
agricultura intensiva, los suelos son más pobres en oligoelementos (elementos
vitales, aunque en muy pequeñas cantidades, para nuestro cuerpo)
y podrían surgir carencias de cobre. Bueno, por eso venden medicamentos con
cobre… Pero ojo, que no puedes pasarte, claro, porque excesivo cobre en el
organismo podría ser perjudicial. Hay animales, sin embargo, que contienen
mucho cobre. Son los animales de sangre azul (moluscos como el pulpo, los
mejillones, los caracoles o las arañas, por ejemplo). En lugar de hemoglobina
en la sangre, tienen hemocianina. Lo mismo pero con cobre. ¡Y es azul!
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Estatua de la Libertad. Fabricada con láminas de cobre sobre una estructura de acero. Al principio debía ser de ese color rojizo del cobre y se ha ido tiñendo de verde!.
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