106. Seaborgio


Tenía ganas yo de llegar al elemento número 106: El seaborgio (Sg). No es que sea un elemento especialmente interesante, ya que, como todos los post-fermios, es extremadamente raro e inestable. Mis ganas eran más que otra cosa por quien le da nombre: Glenn Teodor Seaborg, a quien he ido cogiendo algo de cariño durante todos estos últimos elementos. Y es que, la fotografía que te muestro a continuación, creo, es de las más bonitas de toda la Tabla Periódica: Seaborg, entonces el único humano en la historia que había podido fotografiarse “con el elemento” a quien da nombre (Más adelante pasaría de nuevo con Yuri Oganessian. Imagina lo orgulloso que debe sentirse uno con ese honor: 

Glenn Seaborg con su elemento.

Posiblemente lo más interesante del Seaborgio es el lío que hubo con su nombre. Si te has leído alguna de las entradas anteriores (Por ejemplo, la del rutherfordio o el dubnio) quizás sepas de qué va la cosa. Eran años de Guerra Fría y feroz enfrentamiento entre dos grandes potencias: EEUU y URSS. Así que los laboratorios de Berkeley y Dubna no se quedaban atrás, luchando por conseguir crear el mayor número de elementos. Con estos últimos iban prácticamente a la par, y en el caso del número 106 ambos laboratorios lo crearon el mismo año, en 1974 (Aunque dicen, los americanos llevaban con ello desde el descubrimiento del rutherfordio y posiblemente crearan algún átomo de seaborgio en 1971 o por ahí, aunque no lo confirmaron entonces, ni se sabrá nunca).  

El caso es que, en 1974, por un lado, un equipo del Joint Institute for Nuclear Research, liderados por Georgy Flerov y Yuri Oganessian, bombardearon plomo con cromo, y en la reacción de fusión crearon los isótopos 259 y 260 (o uno de los dos). El mismo año, como digo, los de California, liderados por Albert Ghiorso y Carol Alonso (un canadiense) en el Lawrence Berkeley National Laboratory volvieron a crear el isótopo 263, con una vida media de 0´9 segundos y 9´06 MeV. (Estos átomos decaían en otros que detectaban, primero, pasaban a ser rutherfordio259 y luego nobelio255). (Lo de MeV son megaelectrón-voltios, que es la unidad que se usa para definir la energía de las partículas alta, en este caso).

Ambos laboratorios decían haber sido los primeros y, por lo tanto, creían tener el derecho a nombrarlo. 

Ghiorso y Seaborg viajaron en el 75 a Rusia para intentar aclarar el asunto. No hubo manera de aclarar nada, así que la IUPAC puso unos nombres temporales a estos elementos. Al 105 se le llamo unilpentio (Un-nil, uno-cero en latín y pent, cinco, en griego) y al elemento 106 se le llamó unilhexium.  

La IUPAC creo una comisión llamada Transferium Working Group (TWG), formada por un grupo de trabajo de nueve personas que estudiaron, durante 5 años, todos los resultados y evaluaron las conclusiones a las que llegaron los diferentes laboratorios en cuanto a los descubrimientos de los elementos trans-fermios. Estaba liderado por Denys Wilkinson, un importante físico inglés. El informe que presentaron en 1993 no gustó nada a los americanos, que criticaron duramente. Al menos en lo que se refería al elemento 106 estaban de acuerdo ya que comentaban que el método de los soviéticos no había sido muy fiable (En 1984 un equipo de Dubna reconocería y demostraría el error de los rusos en el 74) y, por lo tanto, los descubridores eran los americanos. El TWG respondió diciendo que el trabajo de los científicos había sido imparcial y mostraron su malestar con los americanos. En cualquier caso, aunque les reconocían a los de Berkeley el mérito por el descubrimiento del elemento 106, no lo habían llamado seaborgio (si no rutherfordio), con lo que los americanos dijeron básicamente que ellos, como descubridores, dirían el nombre que tendría ese elemento cuando tocara y punto.  

Así que hubo que esperar al año 1996 para que la IUPAC se pronunciara con el nombre de estos elementos. Buscaron un compromiso que complaciera a todos. Y así fue, como por fin nombraron a los elementos (Del 101 al 109) con los nombres que hoy conocemos.  

Respecto al elemento, ya sabes, poco que decir. Es un elemento extremadamente inestable e inusual. Imagina: ¡Con el método de los americanos tan solo se produce 1 átomo de seaborgio por hora! Además, el isótopo más estable, el Sg269 tiene una vida media de 14 minutos. Aun así, por increíble que parezca, han conseguido averiguar algunas de sus propiedades encontrándole un cierto parecido químico al wolframio, que se encuentra justo encima de él en la Tabla Periódica. Se sigue investigando sobre estos elementos y recientemente se han publicado artículos sobre nuevos descubrimientos de propiedades o sobre nuevos isótopos descubiertos. Estas ya nos las verá Glenn Seaborg, quien estaría encantado con cada avance.  

Seaborg murió en 1999 en California, cerca de cumplir los 87 años de edad. Había nacido en Míchigan, en el seno de una familia de inmigrantes suecos. Pero la carrera ya se la sacó en la Universidad de California, donde obtendría el doctorado en Química en 1937. 

En 1939 se anunció un descubrimiento que entusiasmó a muchos: En Europa decían haber fisionado el átomo (Siguiendo con los experimentos de Enrico Fermi, del que hablé en la entrada del fermio). Por cierto, que se dice que Seaborg leyó la noticia mientras estaba en la peluquería y salió corriendo de allí, sin ni siquiera dejar que terminaran la faena. El caso es que poco después, Seaborg descubriría el plutonio junto con McMillan (su mentor y descubridor ciclotrón y del neptunio), Joseph Kenedy y Arthur Wahl. Llegó la guerra y con ella el Proyecto Manhattan, al que se uniría en 1942. 

Después, con su equipo de Berkeley descubriría el curio (1944), el americio (1944), el berkelio (1949), el californio (1950), el einstenio (1952), el fermio (1952), el mendelevio (1955) y el nobelio (1958). Además, definió una nueva serie de elementos: Los actínidos, dejando la Tabla con la estructura que conocemos hoy en día. Además, se interesó por la medicina nuclear y descubrió isótopos como el iodo-131, que permitió que su propia madre se curara de un problema en la tiroides. En 1951 recibiría el Premio Nobel de química y en 1961 pasaría a ser el Director de la Comisión de la Energía Atómica, siendo consejero de varios presidentes. ¡Qué vida!  

Respecto al honor de que el elemento 106 fuera nombrado con su nombre: 

“… I am, needless to say, proud that US chemists recommended that element 106, which is placed under tungsten, be called “seaborgium”. I was looking forward to the day when chemical investigators will refer to such compounds as seaborgous chloride, seaborgic nitrate, and perharps, sodium seaborgate. (…) This is the greatest honor ever besowed upon me, even better, I think, than winning the Nobel Prize. Future students of chemistry, in learning about the periodic table, may have reason to ask why the element was named for me, and thereby learn more about my work.”  


Glenn Seaborg
Seaborg de joven.

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