24. Cromo

El cromo es ese elemento que Hippolyte Victor Collet-Descotils confundió con el vanadio hace poco más de dos siglos arruinándole al pobre de Andrés Manuel del Río el honor de haberle dado nombre a un elemento. Esto quiere decir que el ya estudiado elemento de 23 protones se parece mucho a este que nos ocupa, de 24. Pero aunque sea, en muchas de sus propiedades muy parecido al vanadio, tiene una gran diferencia: Se utiliza para un montón de cosas.

Antes de hablar de sus utilidades, prefiero empezar por las propiedades. Es un metal de transición, con lo que tenemos algunas de sus características definidas de antemano. El cromo es duro, frágil, buen conductor de calor y electricidad, plateado, brillante, dúctil y maleable. Al igual que el vanadio, se oxida cediendo más o menos electrones con lo que, en estado natural, puedes encontrártelo formando preciosos minerales de colores.

Preciosos cristales Crocoita. PbCrO4. 

Forma, como digo, diferentes y muy variados minerales de colores, lo que significa, más que nada, que está muy esparcido por ahí, con lo que hasta hace relativamente poco no sabíamos de su existencia. Se descubrió a partir de la crocoita (que contiene una gran cantidad de plomo y que ha sido muy usado para fabricar tintes y pinturas), un mineral descubierto en Siberia en el siglo XVIII. 

A finales de siglo, una muestra del mineral ruso llegó a las manos de Louis Nicolas Vauquelin (descubridor del berilio) que obtuvo, a partir de ese mineral, trióxido de cromo (CrO3), y lo hizo tratándolo con un ácido. Un año después, Louis Nicolas conseguiría, tratando el ácido con hidrógeno, aislar el cromo. Tenía la primera muestra de cromo puro de la historia.

Cromo puro. 

Vauquelin descubrió muestras de ese mismo metal en muchas otras rocas de vistosos colores, como rubíes o esmeraldas (que si no fuera por esas pequeñas porciones de cromo en su estructura, serían transparentes). Por eso le puso cromo, que en griego significa color. El caso es que el cromo puede ceder, en sus compuestos, hasta 6 electrones, y con cada una de esos compuestos, deja a la vista uno u otro electrón, con diferentes niveles de energía y, por lo tanto, diferentes colores. 

Resultado de imagen de rubies esmeraldas roca
Esmeraldas sin tallar. 

Durante años, igual que ocurría con la crocoita, el cromo se utilizó básicamente para fabricar tintes, a partir de sus diferentes óxidos. De momento, en estado puro, como ha pasado con otros metales, era difícil y caro de obtener, con lo que no salía a cuenta. Pero eso fue cambiando conforme se fueron mejorando los métodos de obtención del cromo. Hoy en día, se obtiene principalmente a partir de un mineral llamado cromita, que se calienta en presencia de aluminio o silicio mediante un proceso de reducción mediante electrólisis o a través de ioduro crómico. La mayor parte de la cromita se extrae, por cierto, de Sudáfrica y de Kazajstán.

Así que una vez que el cromo se obtuvo en grandes cantidades, la producción mundial aumentó muchísimo. ¿Has oído hablar del acero inoxidable? Pues es probablemente el material más usado del mundo, junto con la madera y el plástico, y el 85% de la producción mundial del cromo se utiliza para fabricarlo. ¿Por qué? Porque nos dimos cuenta de que el cromo aguanta muy bien la oxidación y la corrosión. Es por esa extraordinaria tendencia que tiene el cromo a oxidarse por lo que captura todo el oxígeno que se acerca al acero y crea una fina y densa capa de óxido que protege al resto, con lo que va de maravilla. El cromo ya hace efecto en el acero para protegerlo a partir de un 5%. Normalmente se fabrica con un 10-12%. El acero de la cuchillería contiene un 18% y el de los submarinos, por ejemplo, todavía más. 

Lo bueno es que como la cromita ya contiene hierro, no hace falta separar todo el cromo para fabricar el acero inoxidable, si no que directamente se fabrica a partir de este mineral.

Cromita
Cromita. 

El cromo, por sí solo, también es muy utilizado porque a su importante propiedad ante la corrosión, se suma su brillo. Pocas cosas hay que brillen más que un poco de cromo bien pulido así que se utiliza no solo para proteger según qué piezas sino para darles un aspecto mucho más cool. El cromado de materiales se realiza mediante electrodeposición (galvanoplastia) y fue descubierto en la década de los años 20. Después, en los años 30, estaba muy de moda en EEUU. Tanto, que se convirtió en un símbolo de la sociedad de consumo. Según Emily Prost, era “la respuesta a las oraciones de las amas de casa” y Harley Earl llevó a otro nivel el look de los coches, pues fue el responsable de aquellos extravagantes parachoques cromados.

Sin esos cromados no sería lo mismo...

El cromo puro también se utiliza, por ejemplo, en hornos (industriales) como material refractario. Es como lo que le pasaba al aluminio, que ese brillo hace que refleje mucho el calor, haciendo que la estructura del horno aguante mucha más temperatura.

Por supuesto, compuestos de cromo también son utilizados en variadas actividades, por ejemplo, los sulfatos de cromo (como hidroxisulfato de cromo Cr(OH)(SO4)) han sido muy usados en el curtido de pieles durante el siglo XIX. Son fundamentales las reacciones entre los complejos inorgánicos del cromo y el colágeno de la piel. El problema es que después se tiraba al río y contaminaba mucho. No es el único peligro del cromo.

El cromo es tóxico dependiendo del estado de oxidación en que se encuentre. Por ejemplo, el cromo VI (el cromo que ha perdido 6 electrones) es muy perjudicial para la salud. Es el cromo que se obtenía de la crocoíta (cromato de plomo) y que se usaba para pintar los buzones y carteles de diferentes sistemas postales del mundo o los school bus americanos. Y encima se le suma que contiene plomo (PbCrO4), que también es tóxico. No es peligroso ir en un autobús escolar porque, lógicamente, no te vas a tragar el amarillo de su pintura (A parte de que hoy en día se utilizan otros pigmentos sin plomo ni cromo 6) pero en la fabricación sí que puede resultar muy peligroso. El polvo del óxido de cromo es un agente cancerígeno y los que trabajaban en las fábricas de tintes tenían un alto grado de riesgo de enfermar por cáncer. Hoy en día, hay menos riesgo, claro, pero por ejemplo, es posible respirarlo cuando alguien está soldando acero inoxidable. Éste se calienta mucho y se sueltan virutillas que podrían ser cancerígenas.

Si el amarillo de cromo es cancerígeno, el verde de cromo (oxido de cromo III, Cr2O3) es lo contrario. De hecho, se sabe que existe dentro de nosotros pero no parece que esté del todo claro para qué. Parece participar en el funcionamiento de los lípidos, los hidratos de carbono y en la insulina. La ausencia de cromo provoca, según algunos estudios, una intolerancia a la glucosa, aunque todavía no está del todo claro.

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