66. Disprosio

 Comenzamos el estudio del elemento número 66: El Disprosio (Dy), un metal tan poco conocido y raro como su nombre. Como sabes, es el número 66 porque tiene 66 protones. Además, todos sus isótopos naturales son estables, siendo los más abundantes el disprosio 164, 163, 162 y 161, lo que significa que tienen 98, 97, 96 y 95 neutrones respectivamente, habiendo más o menos ¼ parte del total de cada uno de ellos.

El disprosio fue descubierto por Paul-Émile Lecoq de Boisbaudran, un gran químico francés que ya había descubierto el galio y el samario, y que en 1886 separó óxido de disprosio de óxido de holmio, en una complicada serie de reacciones químicas (58 precipitaciones, nada más y nada menos). Es por ello que lo llamó disprosio, que proviene del griego “dysprositos”, que significa difícil de obtener. Hizo honor a su nombre, porque no pudo ser aislado en su estado puro hasta 1950 (Gracias a un grupo liderado por el canadiense Frank Spedding).  

Frank Spedding


El disprosio es un elemento más de la serie de los lantánidos, cuyas características son muy similares entre si. He hablado de ellas a lo largo de lo que llevamos de la lista de los lantánidos así que por si le quieres echar un vistazo, te dejo los links a continuación: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio y terbio.  

Muchos de los lantánidos tienen propiedades fluorescentes, y el disprosio no iba a ser menos. Gracias a eso, se utiliza, como varios de sus compañeros, en lámparas o incluso láseres. Los haluros de disprosio (en su estado de oxidación 3), DyF3 y DYBr3, tienen tonos amarillentos, así que vienen bien para este tipo de aplicaciones. 


Cristal dopado con disprosio (+3) que brilla bajo luz ultravioleta.

Otra característica de los lantánidos es sus propiedades magnéticas. El óxido de disprosio, un material blanco, se magnetiza muy fácilmente, por ejemplo. De hecho, el mayor uso del disprosio hoy en día es para fabricar imanes de neodimio. Estos imanes son muy potentes y en ciertas aplicaciones en las que se les requiere trabajar a altas temperaturas, se añade un poco de disprosio al material.  

Otra aplicación es la de la fabricación de un compuesto bastante nuevo, el Terfenol-D (La D es por disprosio, además de terbio y hierro), desarrollado a finales del siglo XX en Estados Unidos. Es un material magnetostrictivo (Ya lo vimos con el terbio), que se expande y se contrae al exponerse a un campo magnético. Esto hace que pueda utilizarse para fabricar todo tipo de dispositivos que tengan relación con las ondas (sonido, radio…) como el sónar, los altavoces o diferentes sensores o actuadores electrónicos.  

He leído también que debido a su alto poder de absorción de neutrones, el disprosio se utiliza en la fabricación de las barras de control de los reactores nucleares, si bien es cierto que desconozco en cuáles, porque, al menos en la tecnología que conozco, las barras de control se fabrican con cadmio, indio y plata.  

Es un metal muy reactivo, como sus compañeros, y aunque en algunas páginas se sugiere que es algo tóxico, la verdad es que tampoco se tienen demasiados estudios al respecto. Es un metal caro, escaso, difícil de obtener… y único. Dicen, uno de los materiales estratégicos más críticos para USA (Para el futuro de las energías renovables, motores eléctricos, baterías… todos estos metales "raros" son clave). Así que poca broma con el disprosio. 

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