El niobio es el elemento número
41. Un extraño metal del que probablemente no sepas nada. Y es que hay que
sumar su poca abundancia con el poco uso que se le da (De hecho, no fue
comercializado hasta el siglo XX). Vamos a ver si solucionamos esa falta de conocimiento sobre el tema y aprendemos algo interesante.
Le pasa un poco como a su vecino
el circonio, que se parece mucho al elemento que está justo debajo de él (en
este caso el tantalio y en el caso del circonio era el hafnio) y por lo tanto, costó mucho diferenciarlos al principio
(Bueno, al principio y al final, porque hasta 1949 no adoptó oficialmente el
nombre de niobio). Además, es que es un metal poco frecuente que siempre está
mezclado con otros elementos, por lo que, como no podía ser de otra manera, pasó
desapercibido durante muchísimo tiempo.
El primero en percatarse de que
había un elemento nuevo similar al tantalio fue un londinense, Charles
Hatchett. Fue en 1801 y lo llamó culombio (En honor al mineral Columbita, que
se llamaba así por el descubridor del lugar donde había sido encontrado: Estados Unidos). Lo
que pasó es que años más tarde, otro inglés, William Hyde Wollaston
(descubridor del rodio y el paladio), dijo que era tantalio con lo que ese nuevo elemento quedó un poco
en el olvido. Tanto, que en 1846 este escurridizo elemento fue redescubierto y
renombrado, esta vez por un alemán, Heinrich Rose, quien, ahora sí, lo llamó
niobio. Lo llamó en honor a Niobe, la hija de Tántalo. En la mitología griega,
Niobe fue castigada por Apolo y Artemisa por alardear demasiado de sus 7 hijos
y 7 hijas y los mataron a todos. Tántalo, por su parte, mató a su propio hijo y
lo sirvió en un banquete real. Fue castigado a permanecer en el agua de un lago
con una rama de manzanas cerca de él (El famoso suplicio de Tántalo). Ambos
elementos, niobio y culombio, convivieron durante varios años, hasta 1949, que,
como he dicho, quedó aclarado el asunto.
El niobio fue aislado en 1864 por un sueco, Christian W. Blomstrand, que lo consiguió reduciendo cloruro de niobio en una atmósfera de hidrógeno, aunque realmente no fue hasta 1907 (¡Más de 100 años después de haberse descubierto!) cuando por fin pudimos contemplar una muestra pura de niobio. Lo hicimos gracias a W. von Bolton.
Charles Hatchett. |
El niobio fue aislado en 1864 por un sueco, Christian W. Blomstrand, que lo consiguió reduciendo cloruro de niobio en una atmósfera de hidrógeno, aunque realmente no fue hasta 1907 (¡Más de 100 años después de haberse descubierto!) cuando por fin pudimos contemplar una muestra pura de niobio. Lo hicimos gracias a W. von Bolton.
Niobio puro. |
La mayor parte del niobio se
utiliza para aleaciones (90%), sobre todo para mejorar las propiedades del acero. Tan solo hace falta que un 0´1%
de la muestra de acero sea niobio, y tendremos un acero más resistente. Se
utilizan estos aceros por ejemplo en la construcción de coches o tuberías,
también por su facilidad al soldarse. Como dato curioso, añadiendo 200 gramos de niobio al acero necesario para fabricar un coche, los fabricantes pueden ahorrarse 100 kilogramos de acero!
Se utiliza en otras aleaciones, como con níquel,
cobalto y hierro para turbinas a reacción y este tipo de cosas de combustión,
por la resistencia a las altas temperaturas.
Se utiliza también para fabricar
imanes artificiales, como los usados en medicina en los escáneres, debido a su
gran capacidad magnética (muchas veces unido al titanio). También se ha usado una enorme cantidad en la construcción del ITER, teniendo incluso que aumentar, por momentos, considerablemente la producción mundial. De hecho, es la masa de niobio más grande del mundo, con sus 850 buenas toneladas.
Se utiliza en otros campos, como
la electrónica, para fabricar condensadores (los condensadores caros son los de
tantalio, pero debido al alto coste de este material, se está optando más por
el niobio), debido a la alta capacidad dieléctrica que tiene, lo que le permite
cargarse eléctricamente a los condensadores (que es, básicamente, lo que hacen estos componentes). El niobio también se utiliza en el campo de los superconductores.
Otra curiosidad es que el niobio
también se utiliza en joyería. Se han fabricado joyas y monedas con niobio
debido a los colores azul, verde, púrpura, amarillo que saca el niobio cuando
es tratado.
Bisutería de niobio. |
Las mayores reservas de niobio
del mundo están en Brasil, Canadá y África. La mina más grande del mundo está
en Minas Gerais, Brasil. Los mayores productores actualmente son Brasil y Canadá, que constan de grandes
reservas de pirocloros, un mineral óxido compuesto por calcio, sodio y oxígeno, además de niobio. De esas minas acaban obteniendo ferronimio, que
se utilizará como aceros.
Pirocloro. |
Un mineral de donde se extrae
mucho niobio es la Columbita, más conocido como Coltán (Columbita-tantalita).
Hay mucho en el Congo y, de hecho, el dinero que ha dejado allí ha sido uno de
los motivos por los que ha habido tanta guerra y muerte en ese país. Y es que se
utiliza mucho para los móviles (sobre todo el tantalio), y cuando empezó el boom
de los móviles se extrajo muchísimo del Congo, lo que creó muchos conflictos…
hasta que finalmente se empezó a comprar coltán australiano.
Columbita. |
Dentro de nosotros, como mucho,
lo podrás encontrar en marcapasos, debido a la fabricación de algunos de ellos
con este elemento debido a que es totalmente inerte e hipoalergénico.
Obviamente, un metal tan raro y escurridizo es difícil que nuestro cuerpo, a lo
largo de los milenios, le hubiera encontrado alguna utilidad.
El siguiente elemento es el molibdeno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario